CON LAS MANOS EN LA MASA
Este último verano en el que el tiempo no nos
ha acompañado, hemos pasado tardes enteras en casa en las que nuestros peques
no sabían muy bien cómo matar el tiempo. Llega un momento en que se aburren de
todo y de todos…, así que se nos ocurrió poner en práctica las recetas de la
familia y qué mejor forma de hacerlo que haciendo partícipes a los reyes de la
casa. ¡Se lo pasaron pipa y tuvimos dulces para un par de días! Eso sí, la
cocina parecía un campo de batalla y ellos…. mejor ni describir cómo estaban.
Por eso, para futuras jornadas reposteras, hemos creado mandiles como el que os
mostramos a continuación.
Porque
creemos que no hay nada mejor y más sano que la comida casera y nuestros niños
siempre se sentirán más atraídos por ella si colaboran en su elaboración.
Queremos
aprovechar este alegato en pro de la comida casera para hablaros de uno de esos
rinconcitos con encanto donde se come igual o mejor que en casa:
El
Mesón Sabín es uno de esos rinconcitos con encanto difíciles de encontrar, pero
que, al igual que las meigas, existen.
En
este caso, se encuentra ubicado en las callejas, en plena Ciudad de los
Caballeros.
Allí
puedes saborear los mejores vinos de la zona o refrescarte con una caña, pero
lo que no puedes dejar de hacer es probar sus tapas.
Pues
éste es un lugar donde su lema es ofrecer una comida casera, preparada con
cariño y elaborada con los mejores productos: los huevos de las gallinas más
ponedoras y lozanas, los pulpos de la mejor ría, las patatas del huerto mejor
cuidado…
Todo
ello conlleva que cada bocado se sienta en el paladar como un trocito de cielo.
Pero
no acaban ahí las innumerables razones que convierten este rinconcito en un
lugar de obligada parada en Betanzos…
El
trato es inmejorable, cercano y hogareño, lo que es de agradecer en el siglo de
la automatización y la impersonalidad.
Por estas razones y
todas las que se te puedan ocurrir, no puedes quedarte sin ir al Mesón Sabín,
vinos y tapas.